Amigos del arboreto comestible

   ARBORETO COMESTIBLE HOYA DEL ENEBRAL El  7 de junio de 2014 sentí una gran alegría al comprobar cómo un gran número de mis vecinos venían a conocerme tras la invitación que les hice hace unos días. Desde ya el amanecer me iba sintiendo nervioso, expectante, dubitativo, esperanzador, motivado y muy feliz por saber que […]

Amigos del arboreto comestible

   ARBORETO COMESTIBLE HOYA DEL ENEBRAL

El  7 de junio de 2014 sentí una gran alegría al comprobar cómo un gran número de mis vecinos venían a conocerme tras la invitación que les hice hace unos días.

Desde ya el amanecer me iba sintiendo nervioso, expectante, dubitativo, esperanzador, motivado y muy feliz por saber que iba abrir las puertas de este maravilloso jardín a mis vecinos.

asaban las horas y comencé a detectar movimiento de personas que se iban acercando a las vallas de madera que protegen mis cultivos, ¡ ya están aquí¡ pensé, ¡ya llega la hora¡ y efectivamente vi como mujeres, hombres, niños y las personas que han estado gestando y trabajando para que ahora yo sea una realidad, se acercaban con expectación a mirar todo lo que ofrezco en mi interior, entrando en la plaza del arboreto lugar de encuentro y disfrute social.

Atento me quedé cuando la alcaldesa me estaba presentando a todos los vecinos, y cómo todos la escuchaban interesados en su discurso, los cambios que se habían dado en este espacio, que este jardín era para que lo disfrutasen todos, ah¡ y sobre todo que lo cuidasen, cómo agradecía la implicación de sus compañeros y lo orgullosa que se sentía de mostrar un jardín donde todo lo que se obtenía de allí era comestible, ¡uhh que bueno que les voy a estar¡, pensaba yo.

Muy gratamente dio paso a que me conocieran de cabo a rabo, de norte a sur, y fue cuando todos los vecinos entraron a conocerme desde mis adrentros, empezando por mi maravilloso bosque de frutales donde están plantados vides, azufaifos, perales, granados, higueras, manzanos, guindos, cerezos, avellanos, tilos, arándanos, albaricoques, ciruelos, membrillos, madroños, gojis, saúcos, qué estupendo fue como los mayores experimentados por tantos años de labor y  conocimiento del campo, iban explicando cómo  me tienen que cuidar, o mejor dicho, cómo me van a cuidar, porque escuché decir que yo soy un jardín de todos y para todos, ya que daré muchos alimentos, belleza y tranquilidad y para eso me van a cuidar entre todos, ¡Bien, bien, bien¡.

Después de conocer todos los buenos frutos que voy a proporcionar, todos los vecinos siguieron conociéndome tras el paso de la helisuperficie, penetrando nuevamente en la zona de cultivos donde se acercaban a los bancales de huerta y flores, los nombrados por algunos “cajones”, donde observaron cómo había plantas por plantar y semillas que semillar, pero aún no era momento.

Los vecinos seguían conociéndome, ascendiendo por este camino bien llamado “vía pecuaria hoya del enebral”, de ahí mi nombre, por donde han transitado tantas veces, cabras, ovejas, vacas, caballos y seguirán haciéndolo de una manera respetuosa y ordenada.

Durante ese caminar seguían prestando atención a más árboles, a más arbustos como los cardos marianos, hinojos, ortigas, salvias, espinos, tomillos, romeros, oréganos, a más flores como las caléndulas…, hasta que llegaron a un lugar nuevo compuesto por unos cajones más pequeños de madera que todos ya conocían y donde se elaborará una buena parte de mi alimento, la zona de compostaje, gracias al compromiso y dedicación que tendrán mis vecinos se creará un sustrato que permitirá mejorar y proteger la salud de todas las plantas que viven en mi interior.

Una vez explicada la forma de aprovechar los residuos orgánicos y de elaborar este gran abono tan necesario para la vida vegetal comenzó la gran fiesta, todos los vecinos, herramientas y plantas en mano se pusieron a adornarme aún más de los que estaba, a dar más contenido y más alimento a mi bien abonada tierra, un despliegue de interés y motivación por parte de todos, pequeños y mayores que hizo que me emocionara como un niño pequeño.

 

Creo que esto es el inicio de una gran unión entre vecinos y alimentos, entre vida y salud, me siento esperanzado de que este espacio que será visitado por muchas personas vecinas y ajenas de Redueña, se convierta en un lugar único y a la vez con un efecto multiplicador para otros municipios, generando un itinerario de lugares comestibles y agroecológicos, donde se conserva y se recupera las especies locales y las buenas prácticas agrícolas.

¿Te apetece ser amigo del Arboreto Comestible?

Os proponemos acudir el próximo miércoles 30 de septiembre de 18:00 a 19:00 horas al 1º Taller de Agroecología en el Arboreto Comestible Hoya del Enebral (Redueña). Con él comenzamos un cuidadoso programa de actividades entorno al cultivo, la salud y el cuidado del jardín.

Los talleres son gratuitos para todo aquel que quiera participar, solo tienes que asistir con ganas de compartir y disfrutar.

Habilidades

Publicado el

15/04/2021

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